Con gratitud y alegría miembros de diferentes congregaciones religiosas, movimientos laicales, parroquias y fieles en general, se preparan para recibir la visita de las reliquias de “Santa Margarita María de Alacoque”, conocida apóstol del Corazón de Jesús.
El viernes 25, día en que llegará la urna conteniendo las reliquias, Mons. Javier Del Río Alba,
presidirá la Eucaristía de acogida, a las 19:00 horas, en la Basílica Catedral , con la participación de la toda la feligresía.
Los restos de Santa Margarita María, permanecerán para la veneración de los fieles en el
primer templo de la ciudad, hasta el domingo 27, en que a las 16:00 horas, el Pbro. Javier
Cárdenas Velarde, Vicario Episcopal de la Arquidiócesis celebrará la Eucaristía de despedida.
Por ello desde el 26, a las 8:00 horas, y de manera ininterrumpida, se celebrarán Eucaristías, Horas Santas, el rezo de la Liturgia de las Horas, entre otros actos litúrgicos.
primer templo de la ciudad, hasta el domingo 27, en que a las 16:00 horas, el Pbro. Javier
Cárdenas Velarde, Vicario Episcopal de la Arquidiócesis celebrará la Eucaristía de despedida.
Por ello desde el 26, a las 8:00 horas, y de manera ininterrumpida, se celebrarán Eucaristías, Horas Santas, el rezo de la Liturgia de las Horas, entre otros actos litúrgicos.
Precioso contenido
Las reliquias consistentes en dos clavículas, una parte de su cerebro y dos vértebras, junto a una rosa de oro, obsequiada por Juan Pablo II cuando visitó el Santuario de Paray Le Monial en Francia, se exponen en una urna desde que llegaron a nuestro país, el 29 de julio pasado para culminar su visita el 16 de octubre.
Las reliquias consistentes en dos clavículas, una parte de su cerebro y dos vértebras, junto a una rosa de oro, obsequiada por Juan Pablo II cuando visitó el Santuario de Paray Le Monial en Francia, se exponen en una urna desde que llegaron a nuestro país, el 29 de julio pasado para culminar su visita el 16 de octubre.
Amor apasionado
En el Santuario francés, Jesús le reveló el inmenso amor que tiene a los hombres, llamándolos
a la conversión y veneración de su corazón rico en misericordia. El le dijo: “Mira este corazón
mío, que a pesar de consumirse en amor abrasador por los hombres, no recibe de los cristianos otra cosa que sacrilegio, desprecio, indiferencia e ingratitud, aún en el mismo sacramento de mi amor. Pero lo que traspasa mi Corazón más desgarradoramente es que estos insultos los recibo de personas consagradas especialmente a mi servicio”.
