viernes, 21 de noviembre de 2008

Evangelio Solemnidad de Cristo Rey


Evangelio: Mt 25,31-16

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando venga el Hijo del hombre, rodeado de su gloria, acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria. Entonces serán congregadas ante él todas las naciones, y él apartará a los unos de los otros, como aparta el pastor a las ovejas de los cabritos, y pondrá a las ovejas a su derecha y los cabritos a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de derecha: ‘Vengan, benditos de mi Padre; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo; porque estuve hambriento y me dieron de comer, sediento y me dieron de beber, era forastero y me hospedaron, estuve desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaron, encarcelado y fueron a verme’. Los justos le contestarán entonces: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o encarcelado y te fuimos ver?’. Y el rey les dirá: ‘Yo les aseguro que, cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron. Entonces dirá también a los de la izquierda: ‘Apártense de mí, malditos; vayan al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles; porque estuve hambriento y no me dieron de comer, sediento y no me dieron de beber, era forastero y no me hospedaron, estuve desnudo y no me vistieron, enfermo y encarcelado y no me visitaron’. Entonces ellos le responderán: ‘Señor ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de forastero o desnudo, enfermo o encarcelado y no te asistimos?’ Y él les replicará: ‘Yo les aseguro que, cuando no lo hicieron con uno de aquellos más insignificante, tampoco lo hicieron conmigo’. Entonces irán éstos al castigo eterno y los justos a la vida eterna”.
Meditación

Jesucristo juzgará a todos los hombres, no según sus acciones excepcionales, sino según sus obras de misericordia. Desde siempre el hombre se ha inquietado por el final de los tiempos. Se ha cuestionado con incertidumbre lo que pasará al momento de morir. En este pasaje Jesús nos da una respuesta: se nos juzgará de acuerdo a cómo vivimos la caridad. Pero una caridad auténtica, de día a día, que está al pendiente de las carencias y del sufrimiento de los demás y que encuentra el rostro de Jesucristo en ellos. Por otra parte, en este pasaje nos podemos cuestionar: ¿Cómo vivimos de cara a los necesitados? ¿Cuántas veces hemos dejado de ayudar a aquellos que teníamos la oportunidad de hacerlo? ¿En qué desgastamos la propia vida? ¿Realmente la caridad y el servicio a los demás, por amor a Dios, son las metas en nuestra vida diaria? ¿Nos percatamos de que lo que está en juego es la vida eterna? Quizás las respuestas a estas preguntas nos lleven a replantear nuestro proyecto o plan de vida.


Reflexión apostólica:

Aprovechemos nuestra vida, hagamos buen uso de nuestro tiempo, trabajemos y luchemos para que Cristo sea conocido, amado y seguido por cada hombre. El cristiano está llamado a hacer que la fe y el amor a Cristo crezcan en muchos corazones, empezando por el suyo y el de su familia.
Propósito:

Hoy ayudaré a alguien en su necesidad.