viernes, 9 de mayo de 2008

Evangelio del Domingo de Pentecostés


Evangelio

Lectura del santo Evangelio según san Juan 20, 19-23
Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Dicho esto, les mostró las manos y el costado.
Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría. De nuevo les dijo Jesús: “La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo”. Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: “Reciban el Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdona dos; y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar”.

Meditación Colaboradores del Espíritu Santo
Este día, revivimos la misma experiencia espiritual que tuvieron los apóstoles, pues el Señor nos envía a su Espíritu Santo. Él es nuestro Consolador, el que nos da a conocer a Cristo, el que nos indica el camino para llegar a ser semejantes a Él.
Seamos dóciles a la acción de la Tercera Persona de la Santísima Trinidad en nuestros corazones. Recordemos que la voluntad de colaborar con el Espíritu en la santificación propia y en la de los hermanos, es condición previa e indispensable para la nueva evangelización.
La evangelización requiere santidad de vida, oración, unión íntima con Dios, en resumen, necesita de la unión con el Espíritu Santo. Sólo el cristiano que se alimenta de este Espíritu, puede ser un verdadero evangelizador.

Reflexión apostólica
La misión, sólo puede nacer de un encuentro vivo y transformante, bajo la luz del Espíritu Santo. Más que programas, necesitamos primero de esa experiencia viva que brota de la oración y de la unión con Dios. El miembro del Regnum Christi reconoce al Espíritu Santo como fuente y origen de su misma vida, espiritualidad y misión apostólica.
Dejemos que el Espíritu Santo nos impulse a ir al encuentro de los demás para llevarles a Cristo. Ser apóstoles es nuestro deber y nuestro privilegio.


Propósito

Antes de comenzar alguna actividad, algún trabajo, diré en mi corazón: “¡Ven Espíritu Santo!”.

jueves, 8 de mayo de 2008

Programa de Fiesta del Señor de la Cena 2008 Monasterio Santa Rosa Arequipa


22 de Mayo
7:00 am Misa comunitaria y exposición del Santísimo
El templo permanecera abierto todo el día para la adoracion Eucarística
6:30 pm Rezo de Visperas y bendicion con el Santísimo
7:00 pm Santa Misa y rezo del Triduo

Día 23 y 24 de Mayo

7:00 am Misa Comunitaria
6:30 pm Rezo del Santo Rosario
7:00 pm Santa Misa y rezo del Triduo
a continuacion se realizara la Serenata en honor al Señor de la Cena

Dia 25 de Mayo Solemnidad de Corpus Christi
7:00 am Misa Comunitaria
10:00 am Misa de Fiesta
a continuacion se realizara la procesion con la imagen del Señor de la Cena
Calles: San Pedro, Melgar, Jerusalen Santa Marta, Santa Rosa, Ingreso al templo del Monasterio

lunes, 5 de mayo de 2008

El Ministerio de Música de la Arquiócesis de Arequipa en la Santa Eucaristia en Chapi


Un Saludo muy especial para ellos, que siempre con todo su corazon animan las celebraciones solemnes en nuestra Arquidiocesis.
Cantos como: A tus pies Señora y Plegaria a la Virgen de Chapi, se escucharon en aquellas lejanas pampas de Chapi, morada de la Madre de Dios.
Ahora se viene la Celebracion del Corpus Christi.

domingo, 4 de mayo de 2008

Evangelio VII Domingo de Pascua La Ascensión del Señor.



Evangelio

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 28, 16-20


En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea y subieron al monte en el que Jesús los había citado. Al ver a Jesús, se postraron, aunque algunos titubeaban. Entonces, Jesús se acercó a ellos y les dijo: “Me ha sido dado todo poder en el Cielo y en la Tierra. Vayan, pues, y enseñen a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándolas a cumplir todo cuanto Yo les he mandado; y sepan que Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.


Meditación

La ascensión al cielo es la etapa final de la peregrinación terrena del Señor. Sí. Cristo pone fin a su presencia visible en la tierra, pero para permanecer de modo invisible entre nosotros en la Eucaristía.
Es en este sacramento admirable donde podemos participar de la vida de Jesús y de este modo, prepararnos para entrar en las “moradas eternas”, donde nuestro Redentor nos ha precedido para prepararnos un lugar en la casa del Padre.
La Ascensión es también una oportunidad para anunciar a los hombres de nuestro tiempo el Evangelio, y comunicar a todos que nuestra patria verdadera y definitiva no está aquí, sino en el cielo, es decir, en Dios.


Reflexión apostólica

Aunque nuestro destino final es el cielo, esto no debe distraernos de nuestro compromiso en el mundo; antes bien, como demuestra la vida de los santos, debe reforzarlo más. Sólo cumpliendo a fondo nuestra misión en la tierra, podremos entrar en la gloria de Dios.
Esto debe comprometernos para instaurar la civilización de la justicia y de la caridad cristianas. Comencemos por encarnar la caridad fraterna en nuestro trato con los demás y por medio de la acción apostólica.
Propósito

Fomentar la vida Eucarística, visitando a Jesús con frecuencia en el sacramento del altar y hacer vida lo que Él me enseña, practicando la caridad con los de