viernes, 18 de abril de 2008

Evangelio V Domingo de Pascua


Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Juan 14, 1-12
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No pierdan la paz. Si creen en Dios, crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones. Si no fuera así, yo se lo abría dicho a ustedes, porque voy a prepararles un lugar. Cuando me vaya y les prepare un sitio, volveré y los llevaré conmigo, para que donde yo esté, estén también ustedes. Y ya saben el camino para llegar al lugar a donde voy”.
Entonces Tomás le dijo: “Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podremos saber el camino?” Jesús le respondió: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre si no es por mí. Si ustedes me conocen a mí, conocen también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto”.
Le dijo Felipe: “Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta”. Jesús le replicó: “Felipe, tanto tiempo hace que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conoces? Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Entonces por qué dices: ‘Muéstranos al Padre’? ¿O no crees que Yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que Yo les digo, no las digo por mi propia cuenta. Es el Padre, que permanece en mí, quien hace las obras. Créanme: Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Si no me dan fe a mí, créanlo por las obras. Yo les aseguro: El que crea en mí, hará las obras que hago Yo y las hará aún mayores, porque Yo me voy al Padre”.
Meditación
Jesucristo se hizo hombre y por ello Dios está a nuestro “alcance”. Él es la santidad misma que aparece sensiblemente para hacerse tangible e imitable para nosotros.
Cristo es nuestro modelo. Esto quiere decir que imitando sus obras, alcanzamos la santidad. No nos interesa la santidad por la santidad, no buscamos ser puros, sencillos, caritativos ni fieles por deber, sino porque amamos a Cristo puro, sencillo, caritativo…
El significado de ser cristiano es el de seguir a Cristo y sólo le sigue, quien lo imita.
Reflexión apostólica
El Movimiento nos presenta a Cristo como el modelo supremo, el criterio, la inspiración para nuestra vida cristiana y nos anima a conocerlo, amarlo, seguirlo y darlo a conocer a los demás. El amor a Él es lo que nos pide imitarlo, comportándonos como Él lo haría, sintiendo como Él, amando y viviendo como Él.
¡Jesús se encarnó para ser nuestro modelo! ¿Imitamos a Cristo en todo lo que podemos?
Propósito
Leeré cada día el Evangelio durante 5 minutos, puesto que en él es donde aprendemos a ser como Cristo.