Todos nos uniremos en oracion desde donde estemos para Orar por las intenciones que mas anhelamos sean escuchadas por Nuestro Señor y nuestra Madre y Reina.
El Equipo de Siempre con Maria estara transmitiendo en Vivo por medio de Entradas periodicas todo el Via Crucis.
Publicamos aquí los textos del Via Crucis a realizarse esta tarde en el Monasterio Santa Rosa:
Via Crucis
dominicano
En la miniatura correspondiente al
sexto modo de orar de Nuestro Padre es donde lo vemos con mayor claridad. Nos
lo presenta con los brazos en cruz, crucificado en sí mismo frente a Jesús
crucificado. Un mismo espíritu anima las dos figuras. Idéntica postura de
ambos. Es la sed de la salvación de las almas. Bien podía repetir con el
Apóstol : "Estoy crucificado con Cristo", por tanto, "Dios me libre
de gloriarme más que de la cruz de nuestro Señor Jesucristo".
Así, siguiendo sus huellas, los
dominicos en el transcurso de los siglos han vibrado ante la cruz , han vivido
en profundidad el misterio de Cristo crucificado. Dios Padre dice de Santo Domingo
a Santa Catalina en El Diálogo: "¿En qué mesa hace comer a sus hijos la
luz de la ciencia? En la mesa de la cruz (…) No quiso que sus hijos atendieran
a otra cosa que a permanecer en esta mesa…". Muchos de estos dominicos
nos han legado sus escritos. Esta noche vamos a caminar " en
familia", vamos a dejar que algunos hermanos nuestros, maestros en las
cosas de Dios nos guíen en la oración del Vía Crucis.
INTRODUCCIÓN
Afirma Santo Tomás de Aquino: "El
hecho de que Cristo muriese por nosotros en la Cruz es tan difícil de entender
que apenas puede ser captado por nuestra inteligencia. Más aún no cabe en
absoluto en nuestra mente…Tanta es la gracia de Dios y su amor hacia nosotros,
que ha hecho por nosotros mucho más que lo que podemos entender… Quien más se
una a la Pasión de Cristo, mayor perdón recibirá y más gracia recibirá"
(Comentario al Credo)
PRIMERA ESTACIÓN: Jesús es condenado
a muerte
"La justicia Divina me había
condenado a muerte a mí solo, y sólo Yo debía ser clavado en el madero de la
Cruz, y sólo Yo debía beber el cáliz doloroso de mi Pasión por la salvación de
los hombres. A ti te toca seguir mis huellas, renunciar a ti mismo, tomar tu
cruz y seguirme, y tu sacrificio me agradará lo mismo que si conmigo hubieras
muerto sobre la cima del Calvario" (Beato E. Susón, "El libro de
la eterna Sabiduría")
SEGUNDA ESTACIÓN: Jesús carga con la
Cruz
"Síguelo a él, que es el rey de
reyes y Señor de los que dominan, en quien están todos los tesoros de la
sabiduría. Y, sin embargo, está en la cruz desnudo, ultrajado, escupido,
golpeado, coronado de espinas, donde le dieron hiel y vinagre como bebida y
donde murió. Por tanto, no te aficiones a los vestidos y a las riquezas, porque
"se repartieron mis vestidos" (Sal 22,19); ni a los honores,
porque "yo he experimentado insultos y latigazos; ni a las
dignidades, porque "tejieron una corona de espinas y la pusieron sobre
mi cabeza"; ni a los placeres, porque "para mi sed me dieron
vinagre" (Sal 69,22) (Santo Tomás de Aquino, "Comentario
al Credo")
TERCERA ESTACIÓN: Jesús cae por
primera vez
"¿Cómo podrá obrar la esposa que
no sigue los pasos del Esposo?... Levantaos, pues, con paciencia y verdadera
humildad para seguir al manso Cordero con corazón generoso…Negaos a vos misma
por El, aprendiendo del mismo Jesús, que por darnos la vida de la gracia perdió
el amor a su cuerpo…" (Santa Catalina de Siena, Cartas)
CUARTA ESTACIÓN: Jesús encuentra a su
Madre
"Camina, pues, la Virgen en
busca del Hijo, dándole el deseo de verle las fuerzas que el dolor le quitaba.
Oye desde lejos el ruido de las armas, y el tropel de las gentes, y el clamor
de los pregones con que iban pregonando. Ve luego resplandecer los hierros de
las lanzas y alabardas que asomaban por lo alto. Halla en el camino las gotas y
el rastro de sangre, que bastaban ya para mostrarle los pasos del Hijo y
guiarla sin otro guía. Acércase más y más a su amado Hijo y tiende sus ojos,
oscurecidos con el dolor, para ver, si pudiese, al que amaba su alma...
Finalmente llega ya donde lo pudiese ver, míranse aquellas dos lumbreras del
cielo una a otra, y atraviésanse los corazones con los ojos y hieren con la
vista sus almas lastimadas" (Fray Luis de Granada, Obra Selecta)
QUINTA ESTACIÓN: Jesús es ayudado por
el Cireneo
"Nadie en este mundo disfruta de
más consuelos que aquellos que me ayudan a llevar la Cruz, pues todas mis
dulzuras se derraman abundantes sobre el alma que bebe hasta las heces el cáliz
de mis amarguras. Si bien la corteza es muy amarga, el fruto es de exquisita
suavidad y dulzura; y toda pena parece pequeña teniendo ante los ojos la
recompensa a que conduce. Sígueme con confianza, que quien conmigo comienza
esta lucha ya casi tiene la victoria al alcance de sus manos" (Beato
Enrique Susón)
SEXTA ESTACIÓN: La Verónica limpia el
rostro de Jesús
"Haz todo el bien que puedas. Y
si te encuentras con que tus acciones son juzgadas torcidamente, esfuérzate por
permanecer tranquilo y conservar la paz de tu corazón. (…) Procura triunfar de
la dureza y malicia de tus enemigos por la dulzura y la humildad. Sólo así
llevarás en ti una fiel imagen de mi muerte; sólo así, grabando bien en tu alma
mi Pasión dolorosa, meditándola, recordándola en tus oraciones, imitándola en
tus obras, te acercarás a mis sufrimientos" (Beato Enrique Susón)
SÉPTIMA ESTACIÓN: Jesús cae por
segunda vez
"No busques, ni quieras sino al
crucificado, como esposa rescatada con su Sangre. Bien comprendes que eres
esposa y que a ti te ha desposado no con anillo de oro, sino con el de su
carne" (Santa Catalina de Siena)
OCTAVA ESTACIÓN: Jesús habla con las
mujeres de Jerusalén
"Mira el Salvador; no aguarda que
le cierren las llagas ni que el tiempo cure las injurias, sino en medio de las
heridas de su cuerpo y de las palabras que tiraban como saetas a su corazón,
saca Él palabras de su corazón, no herido con verbo, sino herido de amor y
compasión. (…)
Aquí, Señor, me presento derribado a
vuestros pies, no escandalizándome con vuestra muerte, sino predicando vuestra
gloria; no haciendo burla de vuestra Pasión, sino compadeciéndome de vuestro
dolor. Pues, levantad, Señor, la voz y encomendadme a vuestro dulce Padre y
decidle: Padre, perdona a este pecador que no supo lo que se hizo" (Fray
Luis de Granada)
NOVENA ESTACIÓN: Jesús cae por
tercera vez
"La humildad profunda la
encontraréis viendo a Dios sometido al hombre, el Verbo abajado a la afrentosa
muerte de Cruz. Si buscáis la caridad, Él es la caridad misma, es más… la
fuerza del amor lo ha sujetado y clavado en la Cruz" (Santa Catalina de
Siena)
DÉCIMA ESTACIÓN: Jesús es despojado
de sus vestiduras
"Acércate a mÍ y rescátame,
estás viendo mi afrenta, mi vergüenza y mi deshonra" (Salmo
"Si conservas tu corazón puro y
limpio de toda afección terrena, tú serás el que me vestirás y cubrirás mi
desnudez" (Beato Enrique Susón)
"Anegaos, bañaos, vestíos de la
sangre de Cristo crucificado. Si le habéis sido infiel, rebautizaos en
Ella" (Santa Catalina de Siena)
UNDÉCIMA ESTACIÓN: Jesús es clavado
en la Cruz
"Repara bien y verás cómo no hay
una sola parte de mi cuerpo que no tenga su propio dolor, o que no lleve en sí
el estigma del amor. Mis pies y manos atravesados por clavos, mis piernas
rendidas de cansancio, todos mis miembros inmóviles, extendidos sobre la Cruz.
Mis espaldas, rasgadas por las heridas de los azotes, no tenían más apoyo que
un madero duro y nudoso; todo mi cuerpo, doblado sobre sí mismo, inclinábase
hacia la tierra, sobre la que se encharcaba la sangre de mis venas que caía en
abundancia.
Mi vida y mi juventud se desvanecían
y se me iban por todas mis heridas, y con todo, mi alma estaba con tranquilidad
suma, y mi corazón saltaba de gozo, porque sufría todo esto por ti (…) Si es
que estás conmigo espiritualmente crucificado, llevarás en tu cuerpo los
estigmas de mi amor. Hazme entrega generosa de todo tu ser y de todo cuanto te
pertenece, y esto para no reclamarlo jamás" (Beato Enrique Susón)
DUODÉCIMA ESTACIÓN: Jesús muere en la
Cruz
"Considera cómo el mismo
fidelísimo Señor y Dios tuyo acabó la misma vida con muerte turpísima y
dolorosísima y muy cruel (...)Todas estas penas sostuvo con amor sin medida por
los pecados de sus mismos perseguidores. En conclusión, cómo constantísimamente
estuvo colgado en la Cruz con grande afrenta y confusión. Los brazos extendidos
para abrazar a sus enemigos, inclinada la cabeza para los besar, abierto el
costado para que pudiesen entrar a su corazón, derramando su sangre para que en
ella se bañasen y refrescasen. Y con otras muchas señales de amor" (Juan
Taulero, "Instituciones")
DÉCIMOTERCERA ESTACIÓN: Jesús es
bajado de la Cruz
"No apartes nunca tus ojos de mi
Cruz; y compadeciéndome tiernamente, graba bien en tu corazón los dolores que
encuentres en mi Pasión. De esta manera te unirás a mi Cruz y sobre todo
aprenderás a esconderte en la abertura de mi costado y en la llaga que el amor
ha hecho en mi corazón. Yo te lavaré con el agua que de ella mana, te
hermosearé con la púrpura de mi sangre, te uniré a mí con lazos indisolubles, y
nuestros espíritus, el mío y el tuyo, se unirán para siempre en una unión
eterna" (Beato Enrique Susón)
DÉCIMOCUARTA ESTACIÓN: Jesús es
colocado en el sepulcro
"En la sacratísima Pasión del
Señor hubo suma deshonra, suma pobreza y sumo dolor. Lo cual convenía así,
porque su sagrada Pasión había de ser cuchillo y muerte del amor propio, que es
la primera raíz de todos los males, de la cual nacen tres ramas pestilenciales,
que son amor de honra, amor de hacienda y amor de deleites (…) Pues contra el
amor de la honra milita esta suma ignominia, y contra el amor de la hacienda,
esta suma pobreza, y contra el amor de regalo, este sumo dolor. Y de esta manera,
el amor propio que es el árbol de muerte, se cura con el bendito fruto de este
árbol de vida, el cual es general medicina de todos los males" (Fray Luis
de Granada)
¡Ven, Vive con nosotros y con ella esta fiesta!